A Prayer for Guidance and Protection
1 To you, O Lord, I offer my prayer;
2 in you, my God, I trust.
Save me from the shame of defeat;
don't let my enemies gloat over me!
3 Defeat does not come to those who trust in you,
but to those who are quick to rebel against you.
4 Teach me your ways, O Lord;
make them known to me.
5 Teach me to live according to your truth,
for you are my God, who saves me.
I always trust in you.
6 Remember, O Lord, your kindness and constant love
which you have shown from long ago.
7 Forgive the sins and errors of my youth.
In your constant love and goodness,
remember me, Lord!
8 Because the Lord is righteous and good,
he teaches sinners the path they should follow.
9 He leads the humble in the right way
and teaches them his will.
10 With faithfulness and love he leads
all who keep his covenant and obey his commands.
11 Keep your promise, Lord, and forgive my sins,
for they are many.
12 Those who have reverence for the Lord
will learn from him the path they should follow.
13 They will always be prosperous,
and their children will possess the land.
14 The Lord is the friend of those who obey him
and he affirms his covenant with them.
15 I look to the Lord for help at all times,
and he rescues me from danger.
16 Turn to me, Lord, and be merciful to me,
because I am lonely and weak.
17 Relieve me of my worries
and save me from all my troubles.
18 Consider my distress and suffering
and forgive all my sins.
19 See how many enemies I have;
see how much they hate me.
20 Protect me and save me;
keep me from defeat.
I come to you for safety.
21 May my goodness and honesty preserve me,
because I trust in you.
22 From all their troubles, O God,
save your people Israel!
David implora dirección, perdón y protección
Salmo de David.
1 A ti, Señor, elevo mi alma.
2 Eres mi Dios, y en ti confío;
¡no permitas que mis enemigos
me avergüencen y se burlen de mí!
3 No permitas que sean avergonzados
los que en ti ponen su esperanza;
más bien, que sean puestos en vergüenza
los que sin razón se rebelan contra ti.
4 Señor, dame a conocer tus caminos;
¡enséñame a seguir tus sendas!
5 Todo el día espero en ti;
¡enséñame a caminar en tu verdad,
pues tú eres mi Dios y salvador!
6 Recuerda, Señor, que en todo tiempo
me has mostrado tu amor y tu misericordia.
7 Tú, Señor, eres todo bondad.
Por tu misericordia, acuérdate de mí;
pero olvídate de que en mi juventud
pequé y fui rebelde contra ti.
8 El Señor es bueno y recto;
por eso enseña a los pecadores el camino.
9 El Señor muestra su camino a los humildes,
y los encamina en la justicia.
10 Misericordia y verdad son los caminos del Señor
para quienes cumplen fielmente su pacto.
11 Señor, muy grande es mi pecado,
pero haz honor a tu nombre, y perdóname.
12 ¿Quieres tú servir al Señor?
Él te mostrará el mejor camino.
13 Te hará disfrutar de bienestar,
y tus descendientes heredarán la tierra.
14 El Señor es amigo de quienes le temen,
y confirma su pacto con ellos.
15 Señor, siempre dirijo a ti la mirada
porque tú me libras de caer en la trampa.
16 Mírame, y ten compasión de mí,
pues me encuentro solo y oprimido.
17 Crece en mi corazón la angustia;
¡líbrame de esta congoja!
18 ¡Mira cómo sufro y me esfuerzo!
¡Perdóname todos mis pecados!
19 ¡Mira cómo aumentan mis adversarios,
y cuán grande es su odio contra mí!
20 ¡Sálvame! ¡Protégeme!
¡No me dejes quedar en vergüenza,
pues en ti he puesto mi confianza!
21 ¡Protege mi integridad y rectitud,
pues en ti he puesto mi esperanza!
22 ¡Salva, oh Dios, a Israel
de todas sus angustias!