The Assyrians Threaten Jerusalem
(2 Kings 18.13-372 19.14-192 35-37Isaiah 36.1-22Isaiah 37.8-38)
1 After these events, in which King Hezekiah served the Lord faithfully, Sennacherib, the emperor of Assyria, invaded Judah. He besieged the fortified cities and gave orders for his army to break their way through the walls. 2 When Hezekiah saw that Sennacherib intended to attack Jerusalem also, 3-4 he and his officials decided to cut off the supply of water outside the city in order to keep the Assyrians from having any water when they got near Jerusalem. The officials led a large number of people out and stopped up all the springs, so that no more water flowed out of them. 5 The king strengthened the city's defenses by repairing the wall, building towers on it, and building an outer wall. In addition, he repaired the defenses built on the land that was filled in on the east side of the old part of Jerusalem. He also had a large number of spears and shields made. 6 He placed all the men in the city under the command of army officers and had them assemble in the open square at the city gate. He said to them, 7 “Be determined and confident, and don't be afraid of the Assyrian emperor or of the army he is leading. We have more power on our side than he has on his. 8 He has human power, but we have the Lord our God to help us and to fight our battles.” The people were encouraged by these words of their king.
9 Some time later, while Sennacherib and his army were still at Lachish, he sent the following message to Hezekiah and the people of Judah who were with him in Jerusalem: 10 “I, Sennacherib, Emperor of Assyria, ask what gives you people the confidence to remain in Jerusalem under siege. 11 Hezekiah tells you that the Lord your God will save you from our power, but Hezekiah is deceiving you and will let you die of hunger and thirst. 12 He is the one who destroyed the Lord's shrines and altars and then told the people of Judah and Jerusalem to worship and burn incense at one altar only. 13 Don't you know what my ancestors and I have done to the people of other nations? Did the gods of any other nation save their people from the emperor of Assyria? 14 When did any of the gods of all those countries ever save their country from us? Then what makes you think that your god can save you? 15 Now don't let Hezekiah deceive you or mislead you like that. Don't believe him! No god of any nation has ever been able to save his people from any Assyrian emperor. So certainly this god of yours can't save you!”
16 The Assyrian officials said even worse things about the Lord God and Hezekiah, the Lord's servant. 17 The letter that the emperor wrote defied the Lord, the God of Israel. It said, “The gods of the nations have not saved their people from my power, and neither will Hezekiah's god save his people from me.” 18 The officials shouted this in Hebrew in order to frighten and discourage the people of Jerusalem who were on the city wall, so that it would be easier to capture the city. 19 They talked about the God of Jerusalem in the same way that they talked about the gods of the other peoples, idols made by human hands.
20 Then King Hezekiah and the prophet Isaiah son of Amoz prayed to God and cried out to him for help. 21 The Lord sent an angel that killed the soldiers and officers of the Assyrian army. So the emperor went back to Assyria disgraced. One day when he was in the temple of his god, some of his sons killed him with their swords.
22 In this way the Lord rescued King Hezekiah and the people of Jerusalem from the power of Sennacherib, the emperor of Assyria, and also from their other enemies. He let the people live in peace with all the neighboring countries. 23 Many people came to Jerusalem, bringing offerings to the Lord and gifts to Hezekiah, so that from then on all the nations held Hezekiah in honor.
Hezekiah's Illness and Pride
(2 Kings 20.1-32 12-19Isaiah 38.1-3Isaiah 39.1-8)
24 About this time King Hezekiah became sick and almost died. He prayed, and the Lord gave him a sign that he would recover. 25 But Hezekiah was too proud to show gratitude for what the Lord had done for him, and Judah and Jerusalem suffered for it. 26 Finally, however, Hezekiah and the people of Jerusalem humbled themselves, and so the Lord did not punish the people until after Hezekiah's death.
Hezekiah's Wealth and Splendor
27 King Hezekiah became very wealthy, and everyone held him in honor. He had storerooms built for his gold, silver, precious stones, spices, shields, and other valuable objects. 28 In addition, he had storehouses built for his grain, wine, and olive oil; barns for his cattle; and pens for his sheep. 29 Besides all this, God gave him sheep and cattle and so much other wealth that he built many cities. 30 It was King Hezekiah who blocked the outlet for Gihon Spring and channeled the water to flow through a tunnel to a point inside the walls of Jerusalem. Hezekiah succeeded in everything he did, 31 and even when the Babylonian ambassadors came to inquire about the unusual event that had happened in the land, God let Hezekiah go his own way only in order to test his character.
The End of Hezekiah's Reign
(2 Kings 20.202 21)
32 Everything else that King Hezekiah did and his devotion to the Lord are recorded in The Vision of the Prophet Isaiah Son of Amoz and in The History of the Kings of Judah and Israel. 33 Hezekiah died and was buried in the upper section of the royal tombs. All the people of Judah and Jerusalem paid him great honor at his death. His son Manasseh succeeded him as king.
Senaquerib invade a Judá
(2 R 18.13-37Is 36.1-22)
1 Después de estas muestras de fidelidad, el rey Senaquerib de Asiria vino e invadió a Judá, y acampó contra las ciudades fortificadas, con la intención de conquistarlas.
2 Al ver Ezequías que Senaquerib había venido con la intención de combatir a Jerusalén,
3 se reunió con sus príncipes y con sus valientes, y con su apoyo acordaron cegar las fuentes de agua que estaban fuera de la ciudad.
4 Mucha gente se reunió, y fueron cegadas todas las fuentes y el arroyo que corría a través del territorio, pues decían: «¿Por qué han de hallar los reyes de Asiria muchas aguas cuando vengan?»
5 Después Ezequías tomó la decisión de reconstruir todos los muros caídos, hizo más altas las torres, y construyó otra muralla exterior; fortificó además a Milo, en la ciudad de David, y ordenó que se hicieran muchas espadas y escudos.
6 Puso capitanes de guerra al frente del ejército, y los reunió en la plaza a la entrada de la ciudad, y apelando a su corazón les dijo:
7 «¡Ánimo! ¡Esfuércense y no tengan miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que viene con él! ¡Con nosotros está alguien que es más poderoso!
8 Él cuenta con el apoyo humano, pero nosotros contamos con el Señor nuestro Dios, para ayudarnos y dar la pelea por nosotros.»
Y el pueblo confió en las palabras del rey Ezequías de Judá.
9 Después de esto, mientras el rey Senaquerib de Asiria sitiaba a Laquis con todo su ejército, envió a Jerusalén unos mensajeros a decirle al rey Ezequías de Judá, y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén:
10 «Así dice Senaquerib, rey de los asirios: “¿En quién confían ustedes para resistir el sitio en Jerusalén?
11 Ezequías los está engañando, al decirles que el Señor su Dios los va a librar de mi mano. Más bien, ¡los va a entregar a la muerte, al hambre y a la sed!
12 ¿Acaso no es Ezequías el mismo que ha derribado sus lugares altos y sus altares, y el que ha dicho a Judá y a Jerusalén: ‘Solo delante de este altar adorarán, y sobre él quemarán incienso’?
13 ¿Acaso no se han enterado de lo que mis padres y yo hemos hecho con todos los pueblos de la tierra? ¿Acaso los dioses de esas naciones pudieron librar de mi mano a su tierra?
14 Entre todos los dioses de las naciones que mis padres destruyeron, ¿qué dios hubo que pudiera salvar de mis manos a su pueblo? ¿Qué va a hacer el Dios de ustedes para librarlos de mi mano?
15 Que no los engañe Ezequías. No le crean, ni se dejen seducir. Si ninguno de los dioses de todas esas naciones y reinos pudo librar a su pueblo de mis manos, ni de las manos de mis padres, ¡mucho menos el Dios de ustedes va a poder librarlos de mi mano!”»
16 Y los siervos de Senaquerib dijeron muchas cosas más en contra de Dios el Señor, y en contra de su siervo Ezequías.
17 Además, escribió cartas en las que blasfemaba contra el Señor y Dios de Israel, y hablaba contra él, pues decía: «Los dioses de otras naciones y países no pudieron librar de mis manos a su pueblo, ni tampoco el Dios de Ezequías podrá librar de mis manos al suyo.»
18 Esto lo decían en lengua judaica al pueblo de Jerusalén que estaba sobre las murallas, y lo hacían a voz en cuello, para espantarlos y atemorizarlos, y poder así conquistar la ciudad.
19 Hablaban contra el Dios de Jerusalén como si hablaran contra los dioses de los pueblos de la tierra, que son hechura humana.
El Señor libra a Ezequías
(2 R 19.1-37Is 37.1-38)
20 Ante esto, el rey Ezequías y el profeta Isaías hijo de Amoz oraron y clamaron al cielo.
21 Entonces el Señor envió un ángel, que destruyó a los soldados más valientes del ejército del rey de Asiria, y también a sus jefes y capitanes. Y así, el rey de Asiria regresó avergonzado a su país, y allí sus propios hijos lo mataron a filo de espada en cuanto entró en el templo de su dios.
22 Así fue como el Señor salvó a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén de las manos del rey Senaquerib de Asiria, y de las manos de todos, y les dio reposo por todos lados.
23 Entonces muchos trajeron a Jerusalén ofrendas para el Señor y ricos presentes para el rey Ezequías de Judá; y en consecuencia Ezequías fue engrandecido delante de todas las naciones.
Enfermedad de Ezequías
(2 R 20.1-11Is 38.1-22)
24 Por esos días Ezequías cayó gravemente enfermo, y casi murió. Pero oró al Señor, y el Señor le respondió y le dio una señal.
25 Pero Ezequías no correspondió al bien que le había sido hecho, sino que se envaneció su corazón, y por eso la ira de Dios vino contra él y contra Judá y Jerusalén.
26 Pero después de haberse enaltecido, Ezequías se humilló, y con él los habitantes de Jerusalén, y mientras Ezequías estuvo con vida, la ira del Señor no vino sobre ellos.
Ezequías recibe a los enviados de Babilonia
(2 R 20.12-19Is 39.1-8)
27 Y tuvo Ezequías riquezas y gloria, muchas en gran manera; y adquirió tesoros de plata y oro, piedras preciosas, perfumes, escudos, y toda clase de joyas deseables.
28 Asimismo hizo depósitos para las rentas del grano, del vino y del aceite, establos para toda clase de bestias, y apriscos para los ganados.
29 Adquirió también ciudades, y hatos de ovejas y de vacas en gran abundancia; porque Dios le había dado muchas riquezas.
30 Este Ezequías cubrió los manantiales de Guijón la de arriba, y condujo el agua hacia el occidente de la ciudad de David. Y fue prosperado Ezequías en todo lo que hizo.
31 Pero en lo referente a los mensajeros de los príncipes de Babilonia, que enviaron a él para saber del prodigio que había acontecido en el país, Dios lo dejó, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón.
Muerte de Ezequías
(2 R 20.20-21)
32 Los demás hechos de Ezequías, y sus misericordias, he aquí todos están escritos en la profecía del profeta Isaías hijo de Amoz, en el libro de los reyes de Judá y de Israel.
33 Finalmente, Ezequías descansó entre sus antepasados, y lo sepultaron en el lugar más prominente de los sepulcros de los hijos de David, honrándole en su muerte todo Judá y toda Jerusalén; y reinó en su lugar Manasés su hijo.