The First Dialogue
(4.1—14.22)
Eliphaz
1-2 Job, will you be annoyed if I speak?
I can't keep quiet any longer.
3 You have taught many people
and given strength to feeble hands.
4 When someone stumbled, weak and tired,
your words encouraged him to stand.
5 Now it's your turn to be in trouble,
and you are too stunned to face it.
6 You worshiped God, and your life was blameless;
and so you should have confidence and hope.
7 Think back now. Name a single case
where someone righteous met with disaster.
8 I have seen people plow fields of evil
and plant wickedness like seed;
now they harvest wickedness and evil.
9 Like a storm, God destroys them in his anger.
10 The wicked roar and growl like lions,
but God silences them and breaks their teeth.
11 Like lions with nothing to kill and eat,
they die, and all their children are scattered.

12 Once a message came quietly,
so quietly I could hardly hear it.
13 Like a nightmare it disturbed my sleep.
14 I trembled and shuddered;
my whole body shook with fear.
15 A light breeze touched my face,
and my skin crawled with fright.
16 I could see something standing there;
I stared, but couldn't tell what it was.
Then I heard a voice out of the silence:
17 “Can anyone be righteous in the sight of God
or be pure before his Creator?
18 God does not trust his heavenly servants;
he finds fault even with his angels.
19 Do you think he will trust a creature of clay,
a thing of dust that can be crushed like a moth?
20 We may be alive in the morning,
but die unnoticed before evening comes.
21 All that we have is taken away;
we die, still lacking wisdom.”
Primera reprensión de Elifaz a Job
1 Elifaz, el temanita, respondió:

2 «Tratar de hablarte te será molesto;
pero, ¿quién podría quedarse callado?
3 Yo recuerdo que tus sabias enseñanzas
infundían fortaleza a los débiles.
4 Si alguien caía, tus palabras lo levantaban;
tú sostenías al que estaba por caer.
5 Pero ahora que eres tú quien sufre,
¡te desanimas y no logras superar tu turbación!
6 ¿Desconfías acaso de tu temor a Dios?
¿Ya no crees que tu integridad puede salvarte?

7 »Piensa en esto: ¿quién castiga al inocente?
¿Dónde has visto que el justo sufra algún daño?
8 Lo que sí he llegado a ver es lo siguiente:
los que siembran maldad, cosechan lo que siembran;
9 el aliento de Dios sopla sobre ellos,
y su enojo contra ellos los consume.
10 Aunque rujan como leones y gruñan como cachorros,
Dios los calla y les rompe los colmillos.
11 El león viejo muere por falta de presa,
y los cachorros de la leona se van por su camino.

12 »Mucho de esto lo desconocía;
pero una noche escuché un rumor.
13 En mis tenebrosas pesadillas,
y cuando mi sueño era más profundo,
14 algo me hizo temblar de miedo;
¡algo hizo que me estremeciera hasta los huesos!
15 Sentí sobre mi piel el soplo de un espíritu,
y el pelo de mi cuerpo se erizó.
16 Delante de mis ojos estaba una silueta;
y aunque no pude ver su rostro,
alcancé a escuchar que susurraba:
17 “¿Acaso el hombre es más justo que Dios?
¿Es acaso más puro que su propio creador?
18 Si Dios no confía ni en sus ángeles,
pues ve la torpeza de sus propios siervos,
19 ¿cómo puede confiar en el hombre,
que habita en casas construidas sobre el barro,
y que un día será pasto de los gusanos?
20 Nace por la mañana y muere por la noche,
y se pierde para siempre, sin que nadie lo recuerde;
21 ¡es arrancado, como las estacas de una carpa,
y muere antes de alcanzar sabiduría!”