Jeremiah's Message to the Royal House of Judah
1-2 The Lord told me to go to the palace of the king of Judah, the descendant of David, and there tell the king, his officials, and the people of Jerusalem to listen to what the Lord had said: 3 “I, the Lord, command you to do what is just and right. Protect the person who is being cheated from the one who is cheating him. Do not mistreat or oppress aliens, orphans, or widows; and do not kill innocent people in this holy place. 4 If you really do as I have commanded, then David's descendants will continue to be kings. And they, together with their officials and their people, will continue to pass through the gates of this palace in chariots and on horses. 5 But if you do not obey my commands, then I swear to you that this palace will fall into ruins. I, the Lord, have spoken.
6 “To me, Judah's royal palace is as beautiful as the land of Gilead and as the Lebanon Mountains; but I will make it a desolate place where no one lives. 7 I am sending men to destroy it. They will all bring their axes, cut down its beautiful cedar pillars, and throw them into the fire.
8 “Afterward many foreigners will pass by and ask one another why I, the Lord, have done such a thing to this great city. 9 Then they will answer that it is because you have abandoned your covenant with me, your God, and have worshiped and served other gods.”
Jeremiah's Message concerning Joahaz
10 People of Judah, do not weep for King Josiah;
do not mourn his death.
But weep bitterly for Joahaz, his son;
they are taking him away, never to return,
never again to see the land where he was born.
11 The Lord says concerning Josiah's son Joahaz, who succeeded his father as king of Judah, “He has gone away from here, never to return. 12 He will die in the country where they have taken him, and he will never again see this land.”
Jeremiah's Message concerning Jehoiakim
13 Doomed is the one who builds his house by injustice
and enlarges it by dishonesty;
who makes his people work for nothing
and does not pay their wages.
14 Doomed is the one who says,
“I will build myself a mansion
with spacious rooms upstairs.”
So he puts windows in his house,
panels it with cedar,
and paints it red.
15 Does it make you a better king
if you build houses of cedar,
finer than those of others?
Your father enjoyed a full life.
He was always just and fair,
and he prospered in everything he did.
16 He gave the poor a fair trial,
and all went well with him.
That is what it means to know the Lord.
17 But you can only see your selfish interests;
you kill the innocent
and violently oppress your people.
The Lord has spoken.
18 So then, the Lord says about Josiah's son Jehoiakim, king of Judah,
“No one will mourn his death or say,
‘How terrible, my friend, how terrible!’
No one will weep for him or cry,
‘My lord! My king!’
19 With the funeral honors of a donkey,
he will be dragged away
and thrown outside Jerusalem's gates.”
Jeremiah's Message about the Fate of Jerusalem
20 People of Jerusalem, go to Lebanon and shout,
go to the land of Bashan and cry;
call out from the mountains of Moab,
because all your allies have been defeated.
21 The Lord spoke to you when you were prosperous,
but you refused to listen.
That is what you've done all your life;
you never would obey the Lord.
22 Your leaders will be blown away by the wind,
your allies taken as prisoners of war,
your city disgraced and put to shame
because of all the evil you have done.
23 You rest secure among the cedars brought from Lebanon;
but how pitiful you'll be when pains strike you,
pains like those of a woman in labor.
God's Judgment on Jehoiachin
24 The Lord said to King Jehoiachin, son of King Jehoiakim of Judah, “As surely as I am the living God, even if you were the signet ring on my right hand, I would pull you off 25 and give you to people you are afraid of, people who want to kill you. I will give you to King Nebuchadnezzar of Babylonia and his soldiers. 26 I am going to force you and your mother into exile. You will go to a country where neither of you was born, and both of you will die there. 27 You will long to see this country again, but you will never return.”
28 I said, “Has King Jehoiachin become like a broken jar that is thrown away and that no one wants? Is that why he and his children have been taken into exile to a land they know nothing about?”
29 O land, land, land!
Listen to what the Lord has said:
30 “This man is condemned to lose his children,
to be a man who will never succeed.
He will have no descendants
who will rule in Judah
as David's successors.
I, the Lord, have spoken.”
Profecías contra los reyes de Judá
1 Así ha dicho el Señor:
«Ve ahora al palacio del rey de Judá, y pronuncia allí estas palabras
2 ante el rey de Judá: “Oigan la palabra del Señor, lo mismo tú que reinas sobre el trono de David, que tus siervos y el pueblo que entra por estas puertas.
3 Yo, el Señor, he dicho: ‘Practiquen la justicia y el derecho. Libren de sus opresores a los oprimidos. No engañen ni roben al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda. No derramen sangre inocente en este lugar.’
4 Si en verdad obedecen mi palabra, los reyes que ahora ocupan el trono de David entrarán por las puertas de este palacio montados en carros y en caballos, junto con sus criados y su ejército.
5 Pero, si no obedecen mi palabra, juro por mí mismo que este palacio quedará en ruinas.”»
—Palabra del Señor.6 Así ha dicho el Señor acerca del palacio del rey de Judá:
«Este palacio me parece tan bello como la región de Galaad y como la cumbre del monte Líbano. Sin embargo, lo convertiré en un desierto rodeado de ciudades deshabitadas.
7 Dispondré contra él un ejército, y cada uno de sus soldados lo destruirá con sus armas. ¡Derribarán sus bellas columnas de cedro, y las echarán en el fuego!
8 Mucha gente pasará junto a esta ciudad, y unos a otros se dirán: “¿Por qué hizo esto el Señor con tan imponente ciudad?”
9 Y la respuesta será: “Porque se apartaron del pacto del Señor su Dios, y adoraron y sirvieron a dioses ajenos.”»
10 No lloren al muerto, ni se compadezcan de él. Más bien, lloren amargamente por el que se va, porque jamás volverá a ver la tierra en que nació.
11 En efecto, el Señor ha dicho acerca de Salún hijo de Josías, rey de Judá, que sucedió en el trono a su padre Josías:
«Has sido expulsado de aquí, y nunca más volverás aquí.
12 Morirás en el país al que fuiste llevado cautivo, y nunca más volverás a ver esta tierra.
13 »¡Ay de ti, que eriges tu palacio sin justicia, y tus salas sin equidad! ¡Ay de ti, que explotas a tu prójimo y no le pagas el salario de su trabajo!
14 ¡Ay de ti, que dices: “Voy a construirme un palacio espacioso, con amplias salas”, y le abres ventanas, lo recubres de cedro y lo pintas de bermellón!
15 ¿Acaso el verte rodeado de cedro te convierte en rey? ¿Acaso a tu padre le faltó comida y bebida? ¡A él le fue bien porque practicó la justicia y el derecho!
16 ¡Le fue bien porque les hizo justicia a los pobres y menesterosos! ¡A eso le llamo conocerme!
—Palabra del Señor.17 »Tú, en cambio, solo ves lo que te conviene; solo piensas en saciar tu avaricia, en derramar sangre inocente y en oprimir y agraviar a otros.»
18 Por lo tanto, así ha dicho el Señor acerca de Joacín hijo de Josías, rey de Judá:
«Nadie te llorará. Nadie dirá: “¡Ay, hermano mío!”, ni “¡Ay, hermana mía!” Nadie lamentará tu muerte, ni te dirá: “¡Ay, señor! ¡Ay, Su Majestad!”
19 Al contrario, te arrastrarán hasta fuera de la ciudad de Jerusalén, y te enterrarán como si fueras un asno.
20 »¡Sube al monte Líbano y grita! ¡Ve a Basán y deja oír tu voz! ¡Grita desde Abarín! Porque todos tus aliados van a ser destruidos.
21 Te hablé cuando gozabas de prosperidad, pero dijiste: “No quiero escuchar.” Y desde que eras joven te has portado así. Nunca has querido hacerme caso.
22 Por eso todos tus dirigentes serán arrastrados por el viento, y todos tus aliados serán llevados al cautiverio. Entonces tu ciudad quedará en vergüenza y confundida por causa de toda tu maldad.
23 Ahora habitas en el nido que te hiciste con los cedros del Líbano; pero ya te vendrán dolores, como de parturienta, ¡y entonces gemirás!
24 »Conías, hijo de Joacín y rey de Judá, yo te juro que voy a deshacerme de ti, aun cuando seas como un anillo en mi diestra.
—Palabra del Señor.25 »Voy a entregarte en manos de los que quieren matarte; en manos de aquellos que al verlos te hacen temblar. ¡Sí, voy a ponerte en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de los caldeos!
26 Voy a hacer que a tu madre y a ti se los lleven cautivos, a un país extraño en donde no nacieron. ¡Allí morirán!
27 Con toda el alma querrán ustedes volver a su propio país, pero jamás volverán.»
28 Y este Conías, ¿es acaso una vasija rota y despreciada? ¿Es acaso un trasto que a nadie le importa? ¿Por qué fueron expulsados él y los suyos a un país que nunca antes conocieron?
29 ¡Tierra, tierra, tierra!, ¡oye la palabra del Señor!
30 Así ha dicho el Señor:
«Pongan por escrito que este hombre se quedó sin hijos, y que nada próspero le espera por el resto de su vida. Porque ninguno de sus hijos llegará a ocupar el trono de David, ni reinará sobre Judá.»