The Dedication of the Temple
(1 Kings 8.62-66)1 When King Solomon finished his prayer, fire came down from heaven and burned up the sacrifices that had been offered, and the dazzling light of the Lord's presence filled the Temple. 2 Because the Temple was full of the dazzling light, the priests could not enter it. 3 When the people of Israel saw the fire fall from heaven and the light fill the Temple, they fell face downward on the pavement, worshiping God and praising him for his goodness and his eternal love. 4 Then Solomon and all the people offered sacrifices to the Lord. 5 He sacrificed 22,000 head of cattle and 120,000 sheep as fellowship offerings. And so he and all the people dedicated the Temple. 6 The priests stood in the places that were assigned to them, and facing them stood the Levites, praising the Lord with the musical instruments that King David had provided and singing the hymn, “His Love Is Eternal!” as they had been commissioned by David. The priests blew trumpets while all the people stood.
7 Solomon consecrated the central part of the courtyard, the area in front of the Temple, and then offered there the sacrifices burned whole, the grain offerings, and the fat from the fellowship offerings. He did this because the bronze altar which he had made was too small for all these offerings.
8 Solomon and all the people of Israel celebrated the Festival of Shelters for seven days. There was a huge crowd of people from as far away as Hamath Pass in the north and the Egyptian border in the south. 9 They had spent seven days for the dedication of the altar and then seven more days for the festival. On the last day they had a closing celebration, 10 and on the following day, the twenty-third day of the seventh month, Solomon sent the people home. They were happy about all the blessings that the Lord had given to his people Israel, to David, and to Solomon.
God Appears to Solomon Again
(1 Kings 9.1-9)11 After King Solomon had finished the Temple and the palace, successfully completing all his plans for them, 12 the Lord appeared to him at night. He said to him, “I have heard your prayer, and I accept this Temple as the place where sacrifices are to be offered to me. 13 Whenever I hold back the rain or send locusts to eat up the crops or send an epidemic on my people, 14 if they pray to me and repent and turn away from the evil they have been doing, then I will hear them in heaven, forgive their sins, and make their land prosperous again. 15 I will watch over this Temple and be ready to hear all the prayers that are offered here, 16 because I have chosen it and consecrated it as the place where I will be worshiped forever. I will watch over it and protect it for all time. 17 If you serve me faithfully as your father David did, obeying my laws and doing everything I have commanded you, 18 I will keep the promise I made to your father David when I told him that Israel would always be ruled by his descendants. 19 But if you and your people ever disobey the laws and commands I have given you and worship other gods, 20 then I will remove you from the land that I gave you, and I will abandon this Temple that I have consecrated as the place where I am to be worshiped. People everywhere will ridicule it and treat it with contempt.
21 “The Temple is now greatly honored, but then everyone who passes by it will be amazed and will ask, ‘Why did the Lord do this to this land and this Temple?’ 22 People will answer, ‘It is because they abandoned the Lord their God, who brought their ancestors out of Egypt. They gave their allegiance to other gods and worshiped them. That is why the Lord has brought this disaster on them.’”
1 Cuando Salomón terminó de orar, de los cielos descendió fuego y consumió el holocausto y las víctimas, y la gloria del Señor llenó el templo.
2 Los sacerdotes no podían entrar en el templo del Señor, porque su gloria había llenado el templo.
3 Y cuando todos los israelitas vieron descender sobre el templo el fuego y la gloria del Señor, se postraron rostro a tierra en el suelo, y adoraron y alabaron al Señor. Decían:
«¡Ciertamente, el Señor es bueno, y su misericordia es eterna!»
4 El rey Salomón y todo el pueblo sacrificaron víctimas delante del Señor.
5 El rey ofreció en sacrificio veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas, y así el rey y todo el pueblo dedicaron el templo de Dios.
6 Los sacerdotes y los levitas desempeñaban su ministerio con los instrumentos musicales que el rey David había hecho para alabar al Señor, y que tocaba cuando alababa con ellos al Señor, porque su misericordia es eterna. También los sacerdotes tocaban trompetas delante de ellos, mientras todo Israel estaba de pie.
7 Salomón consagró también la parte central del atrio que estaba delante del templo del Señor, porque allí había ofrecido los holocaustos y la grasa de las ofrendas de paz, pues en el altar de bronce que Salomón había hecho no cabían los holocaustos, ni las ofrendas ni las grasas.
8 Durante siete días Salomón hizo fiesta, y con él todo Israel. La congregación era tan grande que iba desde la entrada de Jamat hasta el arroyo de Egipto.
9 Al octavo día celebraron una asamblea solemne, pues durante siete días habían celebrado la dedicación del altar, y durante siete días más habían celebrado la fiesta solemne.
10 El día veintitrés del mes séptimo Salomón envió al pueblo a sus hogares. Iban con el corazón alegre y gozoso por los beneficios que el Señor había hecho a David y a Salomón, y a su pueblo Israel.
Pacto de Dios con Salomón
(1 R 9.1-9)11 Salomón terminó de construir el templo del Señor y el palacio real, y todo lo que se propuso hacer en el templo del Señor y en su propia casa resultó un éxito.
12 Entonces, una noche el Señor se le apareció a Salomón y le dijo:
«He escuchado tu oración, y he elegido este templo como el lugar en que se ofrecerán sacrificios.
13 Si yo llego a cerrar los cielos para que no haya lluvia, y si mando a la langosta a consumir la tierra, o si envío peste contra mi pueblo,
14 si mi pueblo, sobre el cual se invoca mi nombre, se humilla y ora, y busca mi rostro, y se aparta de sus malos caminos, yo lo escucharé desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.
15 »Mis ojos van a estar abiertos, y mis oídos van a estar atentos a la oración que se haga en este lugar.
16 Yo he elegido y santificado esta casa, para que en ella esté mi nombre siempre. Mis ojos y mi corazón estarán aquí siempre.
17 Y si tú te conduces delante de mí como se condujo David, tu padre, y si haces todo lo que yo te he mandado hacer, y cumples con mis estatutos y mis decretos,
18 yo afirmaré el trono de tu reino, como lo acordé con David, tu padre, cuando le dije: “Nunca te faltará un descendiente tuyo que gobierne en Israel.”
19 »Pero si ustedes se apartan de los estatutos y mandamientos que les he propuesto, y los abandonan por ir y adorar a dioses ajenos,
20 yo los arrancaré de la tierra que les he entregado; y este templo, que he consagrado a la honra de mi nombre, lo arrojaré de mi presencia y haré de él la burla y el escarnio de todos los pueblos.
21 Esta casa, ahora tan excelsa, horrorizará a todo el que pase por ella. Y se dirá: “¿Por qué ha tratado así el Señor a esta tierra y a este templo?”
22 Y se responderá: “Porque dejaron al Señor, al Dios de sus padres, que los sacó de Egipto, y se han entregado a dioses ajenos, para adorarlos y servirles. ¡Por eso el Señor les ha traído todo este mal!”»