1 «En aquel tiempo, yo seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellas serán mi pueblo.»
—Palabra del Señor.2 Así ha dicho el Señor:
«Israel, un pueblo que escapó de morir a filo de espada, halló gracia en el desierto y ahora avanza en busca de reposo.»
3 Hace ya mucho tiempo, el Señor se hizo presente y me dijo:
«Yo te amo con amor eterno. Por eso te he prolongado mi misericordia.
4 Yo volveré a reconstruirte, virginal Jerusalén. Y serás reconstruida, y te adornarán con panderos para que dances con alegría.
5 Los que plantan viñas las plantarán en los montes de Samaria, y disfrutarán de sus uvas.
6 Viene el día en que los guardianes del monte de Efraín gritarán: “¡Vamos, arriba todos! ¡Subamos a Sión, al monte del Señor nuestro Dios!”»
7 Así ha dicho el Señor:
«¡Griten de alegría por Jacob! ¡Llénense de júbilo por la nación más importante! ¡Hagan resonar sus alabanzas! ¡Pídanme que salve a mi pueblo, al remanente de Israel!
8 Yo los hago volver del país del norte; los estoy reuniendo de los confines de la tierra. Entre ellos vienen ciegos, cojos, mujeres encintas y recién paridas; ¡vuelven acompañados de una gran muchedumbre!
9 Con llanto en los ojos se fueron, pero yo los haré volver con gran misericordia; al volver, los llevaré por arroyos de aguas, por caminos rectos, para que no tropiecen. Yo soy el padre de Israel, y Efraín es mi primogénito.»
10 Ustedes, las naciones, oigan la palabra del Señor. Háganlo saber en las costas más lejanas. Digan que el que esparció a Israel ahora lo reúne, y que lo cuidará como cuida el pastor a su rebaño.
11 Porque el Señor ha redimido a Jacob; lo ha redimido del poder del que era más fuerte que él.
12 «Ellos vendrán a las alturas de Sión entre gritos de alegría, y se deleitarán con mis bondades: con el pan, el vino y el aceite, y el ganado de las ovejas y de las vacas; y ellos mismos serán como un huerto bien regado, y nunca más volverán a experimentar el dolor.
13 Entonces las doncellas danzarán con alegría, lo mismo que los jóvenes y los ancianos. Yo los consolaré, y cambiaré sus lágrimas en gozo y su dolor en alegría.
14 Satisfaré abundantemente y con lo mejor el hambre y la sed de los sacerdotes y de mi pueblo.»
—Palabra del Señor.15 Así ha dicho el Señor:
«Se oye una voz en Ramá; amargo llanto y lamento. Es Raquel, que llora por sus hijos, y no quiere que la consuelen, porque ya han muerto.»
16 Así ha dicho el Señor:
«Reprime tu llanto y tus sollozos; seca las lágrimas de tus ojos, porque no has trabajado en vano: tus hijos volverán de ese país enemigo.
—Palabra del Señor.17 »Tus descendientes tienen esperanza; tus hijos volverán a su propia tierra.
—Palabra del Señor.18 »He escuchado a Efraín llorar y lamentarse: “Me azotaste. He sido castigado como un novillo indómito. Pero haz que me vuelva a ti, y a ti me volveré, porque tú eres el Señor, mi Dios.
19 Después de apartarme de ti, me arrepentí; después de reconocer mi falta, me herí en el muslo. Me quedé avergonzado y confundido, porque cargué con la afrenta de mi juventud.”
20 »¡Pero Efraín, tú eres mi hijo más querido! ¡Eres el niño en quien me complazco! Siempre que hablo de ti, lo hago con mucho cariño. Por ti, el corazón se me estremece. Ciertamente tendré de ti misericordia.»
—Palabra del Señor.21 ¡Regresa, virginal Israel! ¡Regresa a tus ciudades por el mismo camino por el que te fuiste! ¡Pon señales y marcas, y fíjate bien cuál es el camino!
22 ¿Hasta cuándo vas a andar errante, mujer contumaz? El Señor ha establecido algo nuevo en la tierra: ¡la mujer corteja al varón!
23 Así ha dicho el Señor de los ejércitos y Dios de Israel:
«Cuando yo haga volver a los cautivos, en la tierra de Judá y en sus ciudades volverán a decirse estas palabras: “¡Que el Señor te bendiga, monte santo, mansión de justicia!”
24 Y Judá volverá a vivir allí, y en todas sus ciudades, y habrá allí labradores y pastores con sus rebaños.
25 Yo satisfaré el hambre y la sed de la gente triste y fatigada.»
26 De pronto desperté, abrí los ojos, ¡y me encantó lo que había soñado!
El nuevo pacto
27 «Vienen días en que llenaré la casa de Israel y la casa de Judá con multitudes de hombres y de animales.
—Palabra del Señor.28 »Y así como me ocupé de ellos para arrancar y destruir, y arruinar, derribar y afligir, también me ocuparé de ellos para construir y plantar.
—Palabra del Señor.29 »En esos días no volverá a decirse: “Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera”,
30 sino que cada cual morirá por su propia maldad. La dentera la tendrán los dientes de todo el que coma las uvas agrias.
31 »Vienen días en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
—Palabra del Señor.32 »No será un pacto como el que hice con sus padres cuando los tomé de la mano y los saqué de la tierra de Egipto. Porque yo fui para ellos como un marido, pero ellos quebrantaron mi pacto.
—Palabra del Señor.33 »Cuando hayan pasado esos días, el pacto que haré con la casa de Israel será el siguiente: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón. Y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
—Palabra del Señor.34 »Nadie volverá a enseñar a su prójimo ni a su hermano, ni le dirá: “Conoce al Señor”, porque todos ellos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán. Y yo perdonaré su maldad, y no volveré a acordarme de su pecado.»
—Palabra del Señor.35 Así ha dicho el Señor, cuyo nombre es el Señor de los ejércitos; el que ha puesto al sol la ley de alumbrar durante el día, y a la luna y las estrellas la ley de alumbrar de noche; el que agita el mar y hace que rujan sus olas:
36 «Mientras estas leyes sigan vigentes, Israel y sus descendientes serán también ante mí una nación para siempre.»
—Palabra del Señor.37 Así ha dicho el Señor:
«Yo desecharé a todos los descendientes de Israel por todo lo que hicieron, solo cuando los altos cielos puedan medirse, y cuando los fundamentos inferiores de la tierra puedan explorarse.
—Palabra del Señor.38 »Vienen días en que la ciudad será reconstruida en mi honor, desde la torre de Jananel hasta la puerta angular.
—Palabra del Señor.39 »Los linderos de la ciudad se extenderán en dirección a la colina de Gareb, y rodearán a Goa.
40 Y todo el valle donde se entierra a los muertos y se tira la ceniza, y todas las llanuras hacia el oriente, hasta el arroyo de Cedrón y hasta la esquina de la Puerta de los Caballos, estarán consagrados a mí, y nunca más Jerusalén volverá a ser arrancada ni destruida.»
Israel's Return Home
1 The Lord says, “The time is coming when I will be the God of all the tribes of Israel, and they will be my people. 2 In the desert I showed mercy to those people who had escaped death. When the people of Israel longed for rest, 3 I appeared to them from far away. People of Israel, I have always loved you, so I continue to show you my constant love. 4 Once again I will rebuild you. Once again you will take up your tambourines and dance joyfully. 5 Once again you will plant vineyards on the hills of Samaria, and those who plant them will eat what the vineyards produce. 6 Yes, the time is coming when sentries will call out on the hills of Ephraim, ‘Let's go up to Zion, to the Lord our God.’”
7 The Lord says,
“Sing with joy for Israel,
the greatest of the nations.
Sing your song of praise,
‘The Lord has saved his people;
he has rescued all who are left.’
8 I will bring them from the north
and gather them from the ends of the earth.
The blind and the lame will come with them,
pregnant women and those about to give birth.
They will come back a great nation.
9 My people will return weeping,
praying as I lead them back.
I will guide them to streams of water,
on a smooth road where they will not stumble.
I am like a father to Israel,
and Ephraim is my oldest son.”
10 The Lord says,
“Nations, listen to me
and proclaim my words on the far-off shores.
I scattered my people, but I will gather them
and guard them as a shepherd guards his flock.
11 I have set Israel's people free
and have saved them from a mighty nation.
12 They will come and sing for joy on Mount Zion
and be delighted with my gifts—
gifts of grain and wine and olive oil,
gifts of sheep and cattle.
They will be like a well-watered garden;
they will have everything they need.
13 Then the young women will dance and be happy,
and men, young and old, will rejoice.
I will comfort them and turn their mourning into joy,
their sorrow into gladness.
14 I will fill the priests with the richest food
and satisfy all the needs of my people.
I, the Lord, have spoken.”
The Lord's Mercy on Israel
15 The Lord says,
“A sound is heard in Ramah,
the sound of bitter weeping.
Rachel is crying for her children;
they are gone,
and she refuses to be comforted.
16 Stop your crying
and wipe away your tears.
All that you have done for your children
will not go unrewarded;
they will return from the enemy's land.
17 There is hope for your future;
your children will come back home.
I, the Lord, have spoken.
18 “I hear the people of Israel say in grief,
‘Lord, we were like an untamed animal,
but you taught us to obey.
Bring us back;
we are ready to return to you,
the Lord our God.
19 We turned away from you,
but soon we wanted to return.
After you had punished us,
we hung our heads in grief.
We were ashamed and disgraced
because we sinned when we were young.’
20 “Israel, you are my dearest child,
the one I love best.
Whenever I mention your name,
I think of you with love.
My heart goes out to you;
I will be merciful.
21 Set up signs and mark the road;
find again the way by which you left.
Come back, people of Israel,
come home to the towns you left.
22 How long will you hesitate, faithless people?
I have created something new and different,
as different as a woman protecting a man.”
The Future Prosperity of God's People
23 The Lord Almighty, the God of Israel, says, “When I restore the people to their land, they will once again say in the land of Judah and in its towns,
‘May the Lord bless the sacred hill of Jerusalem,
the holy place where he lives.’
24 People will live in Judah and in all its towns, and there will be farmers, and shepherds with their flocks. 25 I will refresh those who are weary and will satisfy with food everyone who is weak from hunger. 26 So then, people will say, ‘I went to sleep and woke up refreshed.’
27 “I, the Lord, say that the time is coming when I will fill the land of Israel and Judah with people and animals. 28 And just as I took care to uproot, to pull down, to overthrow, to destroy, and to demolish them, so I will take care to plant them and to build them up. 29 When that time comes, people will no longer say,
‘The parents ate the sour grapes,
But the children got the sour taste.’
30 Instead, those who eat sour grapes will have their own teeth set on edge; and everyone will die because of their own sin.”
31 The Lord says, “The time is coming when I will make a new covenant with the people of Israel and with the people of Judah. 32 It will not be like the old covenant that I made with their ancestors when I took them by the hand and led them out of Egypt. Although I was like a husband to them, they did not keep that covenant. 33 The new covenant that I will make with the people of Israel will be this: I will put my law within them and write it on their hearts. I will be their God, and they will be my people. 34 None of them will have to teach a neighbor to know the Lord, because all will know me, from the least to the greatest. I will forgive their sins and I will no longer remember their wrongs. I, the Lord, have spoken.”
35 The Lord provides the sun for light by day,
the moon and the stars to shine at night.
He stirs up the sea and makes it roar;
his name is the Lord Almighty.
36 He promises that as long as the natural order lasts,
so long will Israel be a nation.
37 If one day the sky could be measured
and the foundations of the earth explored,
only then would he reject the people of Israel
because of all they have done.
The Lord has spoken.
38 “The time is coming,” says the Lord, “when all of Jerusalem will be rebuilt as my city, from Hananel Tower west to the Corner Gate. 39 And the boundary line will continue from there on the west to the hill of Gareb and then around to Goah. 40 The entire valley, where the dead are buried and garbage is dumped, and all the fields above Kidron Brook as far as the Horse Gate to the east, will be sacred to me. The city will never again be torn down or destroyed.”