1 »Dicen que si alguien despide a su mujer, y esta se va y cohabita con otro hombre, su esposo ya no vuelve a vivir con ella, pues la tierra quedaría totalmente mancillada. Sin embargo, tú has cohabitado con muchos hombres, ¡y vuelves a mí!
—Palabra del Señor.2 »Levanta los ojos, y mira a las alturas. ¿En dónde no te has prostituido? Te sentabas a esperarlos junto a los caminos, como un beduino en el desierto, y con tus prostituciones y con tu maldad contaminaste la tierra.
3 Por eso se han retrasado las lluvias, y no han llegado las lluvias tardías. Tienes la facha de una ramera; ¡no sabes lo que es tener vergüenza!
4 ¡Y todavía me llamas: “Padre mío, amor de mi juventud”!
5 Todavía me dices: “¿Vas a estar enojado todo el tiempo? ¿Siempre vas a guardarme rencor?” Y mientras estás hablando, ¡cometes cuantas maldades puedes!»
Llamado al arrepentimiento
6 En los días del rey Josías el Señor me dijo:
«¿Has visto lo que ha hecho la rebelde Israel? ¡Va y se prostituye en lo alto de cualquier monte, o a la sombra de cualquier árbol frondoso!
7 Yo pensaba que, después de todo eso, se volvería a mí; pero no fue así. Esto lo vio su hermana, la rebelde Judá;
8 vio que yo había despedido y repudiado a Israel por su infidelidad y sus prostituciones. Pero tampoco ella tuvo temor, sino que con la misma rebeldía de su hermana, fue y se prostituyó.
9 Como Israel tomó a la ligera sus prostituciones, y adulteró con ídolos de piedra y de madera, la tierra quedó contaminada.
10 Pero ni así se volvió a mí de todo corazón su hermana, la rebelde Judá. Solo fingió volverse a mí.»
—Palabra del Señor.11 El Señor me dijo:
«La rebeldía de Israel es un acto de justicia, si la comparo con la infidelidad de Judá.
12 Ve ahora al norte, y proclama allí estas palabras: “Israel, no seas rebelde y vuélvete a mí. No voy a descargar mi enojo sobre ti, ni te voy a guardar rencor, porque yo soy misericordioso.
—Palabra del Señor.13 »”Reconoce que has pecado contra el Señor tu Dios; reconoce que a la sombra de cualquier árbol frondoso te has prostituido con gente extraña, y que no has querido obedecerme.
—Palabra del Señor.14 »”Vuélvanse a mí, hijos rebeldes. Yo soy su Señor. De cada ciudad tomaré a uno de ustedes, y de cada familia tomaré a dos, y los introduciré en Sión.
—Palabra del Señor.15 »”Yo les daré gobernantes que los cuiden y alimenten de manera sabia e inteligente; gobernantes que hagan mi voluntad.
16 Y cuando ustedes se hayan multiplicado y reproducido en la tierra, no volverá a decirse: ‘Arca del pacto del Señor’. No volverán a evocarla; ¡no volverán a acordarse de ella, ni la echarán de menos! ¡Tampoco volverá a hacerse otra!
—Palabra del Señor.17 »”Cuando llegue ese día, Jerusalén será llamada ‘Trono del Señor’. Todas las naciones vendrán a ella en el nombre del Señor, y no volverán a seguir los dictados de su malvado corazón.
18 Cuando llegue ese día, los de la casa de Judá irán a la casa de Israel, y de la tierra del norte vendrán juntos a la tierra que di a sus padres por herencia.
19 »”Yo me preguntaba: ‘¿Cómo podré contarlos como hijos míos, y darles esta tierra deseable, la heredad más rica de las naciones?’ Entonces pensé: ‘Ustedes me llamarán Padre mío, y nunca se apartarán de mí.’
20 Pero ustedes, casa de Israel, pecaron contra mí ¡como la esposa infiel que abandona a su compañero!”»
—Palabra del Señor.21 Se oye un clamor en las alturas. Son el llanto y los ruegos de los hijos de Israel, porque han torcido su camino y se han olvidado del Señor su Dios.
22 «¡Vuélvanse a mí, hijos rebeldes! ¡Yo sanaré sus rebeliones!»
«Aquí estamos, y a ti venimos, porque tú eres el Señor, nuestro Dios.
23 Las colinas y el bullicio de los montes no son más que vanidad. La salvación de Israel radica en ti, Señor y Dios nuestro.
24 Desde que éramos jóvenes, el oprobio ha consumido la obra de nuestros padres: lo mismo sus ovejas que sus vacas; lo mismo sus hijos que sus hijas.
25 En ese oprobio nos hallamos. La vergüenza nos envuelve, porque desde nuestra juventud y hasta este día, nosotros y nuestros padres hemos pecado contra ti, Señor y Dios nuestro. ¡No hemos querido obedecer tu voz!»
Unfaithful Israel
1 The Lord says, “If a man divorces his wife, and she leaves him and becomes another man's wife, he cannot take her back again. This would completely defile the land. But, Israel, you have had many lovers, and now you want to return to me! 2 Look up at the hilltops. Is there any place where you have not acted like a prostitute? You waited for lovers along the roadside, as an Arab waits for victims in the desert. You have defiled the land with your prostitution. 3 That is why the rains were held back, and the spring showers did not come. You even look like a prostitute; you have no shame.
4 “And now you say to me, ‘You are my father, and you have loved me ever since I was a child. 5 You won't always be angry; you won't be mad at me forever.’ Israel, that is what you said, but you did all the evil you could.”
Israel and Judah Must Repent
6 When Josiah was king, the Lord said to me, “Have you seen what Israel, that unfaithful woman, has done? She has turned away from me, and on every high hill and under every green tree she has acted like a prostitute. 7 I thought that after she had done all this, she would surely return to me. But she did not return, and her unfaithful sister Judah saw it all. 8 Judah also saw that I divorced Israel and sent her away because she had turned from me and had become a prostitute. But Judah, Israel's unfaithful sister, was not afraid. She too became a prostitute 9 and was not at all ashamed. She defiled the land, and she committed adultery by worshiping stones and trees. 10 And after all this, Judah, Israel's unfaithful sister, only pretended to return to me; she was not sincere. I, the Lord, have spoken.”
11 Then the Lord told me that, even though Israel had turned away from him, she had proved to be better than unfaithful Judah. 12 He told me to go and say to Israel, “Unfaithful Israel, come back to me. I am merciful and will not be angry; I will not be angry with you forever. 13 Only admit that you are guilty and that you have rebelled against the Lord, your God. Confess that under every green tree you have given your love to foreign gods and that you have not obeyed my commands. I, the Lord, have spoken.
14 “Unfaithful people, come back; you belong to me. I will take one of you from each town and two from each clan, and I will bring you back to Mount Zion. 15 I will give you rulers who obey me, and they will rule you with wisdom and understanding. 16 Then when you have become numerous in that land, people will no longer talk about my Covenant Box. They will no longer think about it or remember it; they will not even need it, nor will they make another one. 17 When that time comes, Jerusalem will be called ‘The Throne of the Lord,’ and all nations will gather there to worship me. They will no longer do what their stubborn and evil hearts tell them. 18 Israel will join with Judah, and together they will come from exile in the country in the north and will return to the land that I gave your ancestors as a permanent possession.”
The Idolatry of God's People
19 The Lord says,
“Israel, I wanted to accept you as my child
and give you a delightful land,
the most beautiful land in all the world.
I wanted you to call me father
and never again turn away from me.
20 But like an unfaithful wife,
you have not been faithful to me.
I, the Lord, have spoken.”
21 A noise is heard on the hilltops:
it is the people of Israel crying and pleading
because they have lived sinful lives
and have forgotten the Lord their God.
22 Return, all of you who have turned away from the Lord;
he will heal you and make you faithful.
You say, “Yes, we are coming to the Lord because he is our God. 23 We were not helped at all by our pagan worship on the hilltops. Help for Israel comes only from the Lord our God. 24 But the worship of Baal, the god of shame, has made us lose flocks and herds, sons and daughters—everything that our ancestors have worked for since ancient times. 25 We should lie down in shame and let our disgrace cover us. We and our ancestors have always sinned against the Lord our God; we have never obeyed his commands.”