Reinado y derrocamiento de Joacaz
(2 R 23.31-35)1 Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz hijo de Josías, y lo proclamó rey en lugar de su padre, en Jerusalén.
2 Joacaz tenía veintitrés años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén tres meses,
3 pues el rey de Egipto lo quitó del trono de Jerusalén y condenó al país a pagarle tres mil trescientos kilos de plata y treinta y tres kilos de oro,
4 e impuso como rey de Judá y Jerusalén a Eliaquín, hermano de Joacaz, a quien le cambió el nombre y lo llamó Joacín. A Joacaz mismo, Necao lo tomó cautivo y lo llevó a Egipto.
Reinado de Joacín
(2 R 23.36—24.7)5 Joacín tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén once años. Pero hizo lo malo a los ojos del Señor su Dios.
6 Y el rey Nabucodonosor de Babilonia lo atacó y lo llevó a Babilonia cautivo y encadenado.
7 Nabucodonosor también se llevó a Babilonia los utensilios del templo del Señor, y los depositó en su templo, en Babilonia.
8 Los demás hechos de Joacín, y sus repugnantes prácticas, y otras cosas que en él se hallaron, se hallan escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá. En su lugar reinó Joaquín, su hijo.
Joaquín es llevado cautivo a Babilonia
(2 R 24.8-17)9 Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén tres meses y diez días. Pero hizo lo malo a los ojos del Señor,
10 así que un año después el rey Nabucodonosor mandó por él para que lo llevaran a Babilonia, juntamente con los objetos preciosos del templo del Señor, y como rey de Judá y Jerusalén impuso a Sedequías, hermano de Joaquín.
Reinado de Sedequías
(2 R 24.18-20Jer 52.1-3)11 Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén once años.
12 Pero Sedequías hizo lo malo a los ojos del Señor su Dios, y no se humilló delante del profeta Jeremías, que le hablaba de parte del Señor.
13 Además, se rebeló contra Nabucodonosor, al cual había jurado servir, y se empecinó en no volverse de corazón al Señor, el Dios de Israel.
14 También, todos los principales sacerdotes y el pueblo aumentaron la iniquidad e imitaron todas las repugnantes prácticas de las naciones, y contaminaron el templo del Señor, que él había santificado en Jerusalén.
15 El Señor y Dios de sus padres no dejaba de enviarles su palabra por medio de sus mensajeros, pues amaba a su pueblo y el lugar donde habitaba.
16 Pero ellos se burlaban de los mensajeros de Dios y de sus profetas, y menospreciaban sus palabras. Finalmente, la ira del Señor se encendió contra su pueblo, y ya no hubo remedio.
Cautiverio de Judá
(2 R 25.8-21Jer 39.8-10Jer 52.12-30)17 El Señor lanzó contra ellos al rey de los caldeos, que en el templo de su santuario mató a filo de espada a sus jóvenes, sin perdonar a jóvenes ni doncellas, ni a anciano ni decrépitos, sino que a todos los entregó en sus manos.
18 Así mismo, el rey de Babilonia se llevó a su país todos los utensilios del templo de Dios, grandes y chicos, y los tesoros del templo del Señor y los tesoros del palacio del rey y de sus príncipes.
19 Sus tropas quemaron el templo de Dios, derribaron la muralla de Jerusalén, prendieron fuego a todos sus palacios, y destruyeron todos sus objetos más preciados.
20 Los que escaparon de morir a filo de espada fueron llevados cautivos a Babilonia, y hasta el reinado de los persas fueron siervos del rey y de sus hijos,
21 hasta que la tierra disfrutó de reposo. En efecto, la tierra descansó todo el tiempo que estuvo desolada, hasta que se cumplieron los setenta años, en cumplimiento de la palabra del Señor pronunciada por Jeremías.
El decreto de Ciro
(Esd 1.1-4)22 Pero, para que se cumpliera también la palabra del Señor pronunciada por Jeremías, en el primer año del rey Ciro de Persia el Señor despertó el espíritu de Ciro para que por todo su reino pregonara, de palabra y por escrito, lo siguiente:
23 «Así dice Ciro, rey de los persas: El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha ordenado edificarle un templo en Jerusalén, que está en Judá. Si hay entre ustedes alguien que sea de su pueblo, que el Señor su Dios lo acompañe, y vuelva a Jerusalén.»
King Joahaz of Judah
(2 Kings 23.30-35)1 The people of Judah chose Josiah's son Joahaz and anointed him king in Jerusalem. 2 Joahaz was twenty-three years old when he became king of Judah, and he ruled in Jerusalem for three months. 3 King Neco of Egypt took him prisoner and made Judah pay 7,500 pounds of silver and 75 pounds of gold as tribute. 4 Neco made Joahaz' brother Eliakim king of Judah and changed his name to Jehoiakim. Joahaz was taken to Egypt by Neco.
King Jehoiakim of Judah
(2 Kings 23.36—24.7)5 Jehoiakim was twenty-five years old when he became king of Judah, and he ruled in Jerusalem for eleven years. He sinned against the Lord his God. 6 King Nebuchadnezzar of Babylonia invaded Judah, captured Jehoiakim, and took him to Babylonia in chains. 7 Nebuchadnezzar carried off some of the treasures of the Temple and put them in his palace in Babylon. 8 Everything that Jehoiakim did, including his disgusting practices and the evil he committed, is recorded in The History of the Kings of Israel and Judah. His son Jehoiachin succeeded him as king.
King Jehoiachin of Judah
(2 Kings 24.8-17)9 Jehoiachin was eighteen years old when he became king of Judah, and he ruled in Jerusalem for three months and ten days. He too sinned against the Lord. 10 When spring came, King Nebuchadnezzar took Jehoiachin to Babylonia as a prisoner and carried off the treasures of the Temple. Then Nebuchadnezzar made Jehoiachin's uncle Zedekiah king of Judah and Jerusalem.
King Zedekiah of Judah
(2 Kings 24.18-20Jeremiah 52.1-3a)11 Zedekiah was twenty-one years old when he became king of Judah, and he ruled in Jerusalem for eleven years. 12 He sinned against the Lord and did not listen humbly to the prophet Jeremiah, who spoke the word of the Lord.
The Fall of Jerusalem
(2 Kings 25.1-21Jeremiah 52.3b-11)13 Zedekiah rebelled against King Nebuchadnezzar, who had forced him to swear in God's name that he would be loyal. He stubbornly refused to repent and return to the Lord, the God of Israel. 14 In addition, the leaders of Judah, the priests, and the people followed the sinful example of the nations around them in worshiping idols, and so they defiled the Temple, which the Lord himself had made holy. 15 The Lord, the God of their ancestors, had continued to send prophets to warn his people, because he wanted to spare them and the Temple. 16 But they made fun of God's messengers, ignoring his words and laughing at his prophets, until at last the Lord's anger against his people was so great that there was no escape.
17 So the Lord brought the king of Babylonia to attack them. The king killed the young men of Judah even in the Temple. He had no mercy on anyone, young or old, man or woman, sick or healthy. God handed them all over to him. 18 The king of Babylonia looted the Temple, the Temple treasury, and the wealth of the king and his officials, and took everything back to Babylon. 19 He burned down the Temple and the city, with all its palaces and its wealth, and broke down the city wall. 20 He took all the survivors to Babylonia, where they served him and his descendants as slaves until the rise of the Persian Empire. 21 And so what the Lord had foretold through the prophet Jeremiah was fulfilled: “The land will lie desolate for seventy years, to make up for the Sabbath rest that has not been observed.”
Cyrus Commands the Jews to Return
(Ezra 1.1-4)22 In the first year that Cyrus of Persia was emperor, the Lord made what he had said through the prophet Jeremiah come true. He prompted Cyrus to issue the following command and send it out in writing to be read aloud everywhere in his empire:
23 “This is the command of Cyrus, Emperor of Persia. The Lord, the God of Heaven, has made me ruler over the whole world and has given me the responsibility of building a temple for him in Jerusalem in Judah. Now, all of you who are God's people, go there, and may the Lord your God be with you.”