Rebelión de Jeroboán
(2 Cr 10.1—11.4)1 Roboán fue a Siquén porque todo el pueblo de Israel estaba reunido allí para proclamarlo rey.
2 Cuando Jeroboán hijo de Nabat, que por la furia del rey Salomón había huido a Egipto, supo esto,
3 sus seguidores le pidieron volver. Al llegar Jeroboán, él y todo el pueblo se presentaron ante Roboán y le dijeron:
4 «Tu padre fue muy duro con nosotros. Te rogamos que disminuyas un poco la servidumbre a la que Salomón nos sometió. Aligera el yugo tan pesado que nos impuso, y nos pondremos a tu servicio.»
5 Pero Roboán les dijo:
«Por el momento, váyanse y vuelvan a verme dentro de tres días.»
En cuanto ellos se fueron,
6 Roboán pidió consejo a los ancianos que cuando Salomón vivía habían estado a su servicio. Les dijo:
«¿Qué respuesta me aconsejan dar a esta gente?»
7 Los ancianos le dijeron:
«Si hoy te pones al servicio del pueblo y le hablas de buena manera, ellos serán siempre tus servidores.»
8 Pero Roboán hizo a un lado el consejo de los ancianos, y pidió el consejo de los jóvenes que habían crecido con él y estaban a su servicio. Les preguntó:
9 «¿Qué me aconsejan responder a esta gente que vino a decirme: “Disminuye un poco la servidumbre que tu padre nos impuso”?»
10 Y los jóvenes que habían crecido con él le dijeron:
«A esa gente que te habló de esa manera, y que dijo: “Tu padre fue muy duro con nosotros. Disminuye un poco esa dureza”, diles: “Mi dedo meñique es más grueso que los lomos de mi padre.
11 Así que, si mi padre fue duro con ustedes, yo lo seré más todavía; si mi padre los castigó con azotes, yo los azotaré con látigos.”»
12 Al tercer día, Jeroboán y todo el pueblo se presentaron ante el rey Roboán para conocer su respuesta, tal y como él les había dicho.
13 Y el rey les habló con dureza, pues no hizo caso del consejo de los ancianos;
14 al contrario, les repitió lo que los jóvenes le habían aconsejado: «Si mi padre fue duro con ustedes, yo seré aún más duro; si mi padre los castigó con azotes, yo los azotaré con látigos.»
15 Y Roboán no quiso escuchar al pueblo porque ya el Señor así lo había dispuesto, para confirmar lo que había dicho a Jeroboán hijo de Nabat por medio de Ajías el silonita.
16 Al ver el pueblo que el rey no les había hecho caso, exclamaron:
«¿Qué tenemos nosotros que ver con David? ¡No tenemos nada que ver con el hijo de Yesé! Pueblo de Israel, ¡regresa a tus casas! Y tú, David, ¡busca tu propio sustento!»
Fue así como el pueblo de Israel regresó a sus casas,
17 y Roboán siguió reinando sobre los israelitas que vivían en las ciudades de Judá.
18 Y cuando Roboán envió a Adorán a cobrar los tributos para el rey, el pueblo de Israel lo apedreó hasta matarlo. Entonces el rey Roboán subió en su carro y salió huyendo hacia Jerusalén.
19 Así fue como el pueblo de Israel se separó de la casa de David, hasta el día de hoy.
20 Y cuando los israelitas se enteraron de que Jeroboán había vuelto, todo el pueblo mandó a llamarlo para proclamarlo rey de Israel, y aparte de la tribu de Judá, ninguna otra tribu se sometió a la línea de David.
21 Al llegar a Jerusalén, Roboán reunió a los descendientes de Judá y de Benjamín, y escogió a los ciento ochenta mil mejores guerreros para ir y pelear contra los israelitas, pues quería recuperar el reino de Salomón.
22 Pero la palabra del Señor vino a Semaías, varón de Dios, y le dijo:
23 «Habla con Roboán, el hijo de Salomón, y con las tribus de Judá y de Benjamín, y con el resto del pueblo, y diles:
24 “Así ha dicho el Señor: No vayan a pelear contra sus hermanos israelitas. Regresen a sus casas, porque esto lo he provocado yo.”»
Y los dos bandos hicieron caso de las palabras del Señor, y en conformidad con ellas regresaron a sus casas.
El pecado de Jeroboán
25 Entonces Jeroboán reedificó la ciudad de Siquén, en la ladera del monte Efraín, y allí se quedó a vivir, aunque luego salió de allí y reconstruyó Penuel.
26 Pero dentro de sí mismo pensaba: «El reino puede regresar a la casa de David
27 si el pueblo sigue yendo a ofrecer sacrificios al templo del Señor en Jerusalén. Entonces volverán a someterse voluntariamente a Roboán, rey de Judá, y a mí me matarán.»
28 Después de reunirse en consejo, Jeroboán mandó hacer dos becerros de oro y le dijo al pueblo:
«Israelitas, demasiadas veces han ido ustedes a Jerusalén. ¡Aquí tienen a los dioses que los sacaron de Egipto!»
29 Uno de los becerros lo colocó en Betel, y el otro en Dan.
30 Esto incitó al pueblo a pecar, porque iba a Dan a adorar el becerro.
31 Además, Jeroboán mandó construir altares en los montes y nombró sacerdotes de entre el pueblo, aunque no fueran descendientes de Leví.
32 También instituyó una fiesta solemne el día quince del mes octavo, semejante a la que era celebrada en Judá, y ofrecía sacrificios en el altar que construyó en Betel y nombró sacerdotes para que oficiaran en los altares que había mandado construir.
33 La fiesta religiosa que instituyó el día quince del mes octavo, fue una invención suya, y todo el pueblo participó en ella, y Jeroboán subió al altar para quemar incienso.
The Northern Tribes Revolt
(2 Chronicles 10.1-19)1 Rehoboam went to Shechem, where all the people of northern Israel had gathered to make him king. 2 When Jeroboam son of Nebat, who had gone to Egypt to escape from King Solomon, heard this news, he returned from Egypt. 3 The people of the northern tribes sent for him, and then they all went together to Rehoboam and said to him, 4 “Your father Solomon treated us harshly and placed heavy burdens on us. If you make these burdens lighter and make life easier for us, we will be your loyal subjects.”
5 “Come back in three days and I will give you my answer,” he replied. So they left.
6 King Rehoboam consulted the older men who had served as his father Solomon's advisers. “What answer do you advise me to give these people?” he asked.
7 They replied, “If you want to serve this people well, give a favorable answer to their request, and they will always serve you loyally.”
8 But he ignored the advice of the older men and went instead to the young men who had grown up with him and who were now his advisers. 9 “What do you advise me to do?” he asked. “What shall I say to the people who are asking me to make their burdens lighter?”
10 They replied, “This is what you should tell them: ‘My little finger is thicker than my father's waist!’ 11 Tell them, ‘My father placed heavy burdens on you; I will make them even heavier. He beat you with whips; I'll flog you with bullwhips!’”
12 Three days later Jeroboam and all the people returned to King Rehoboam, as he had instructed them. 13 The king ignored the advice of the older men and spoke harshly to the people, 14 as the younger men had advised. He said, “My father placed heavy burdens on you; I will make them even heavier. He beat you with whips; I'll flog you with bullwhips!” 15 It was the will of the Lord to bring about what he had spoken to Jeroboam son of Nebat through the prophet Ahijah from Shiloh. This is why the king did not pay any attention to the people.
16 When the people saw that the king would not listen to them, they shouted, “Down with David and his family! What have they ever done for us? People of Israel, let's go home! Let Rehoboam look out for himself!”
So the people of Israel rebelled, 17 leaving Rehoboam as king only of the people who lived in the territory of Judah.
18 Then King Rehoboam sent Adoniram, who was in charge of the forced labor, to go to the Israelites, but they stoned him to death. At this, Rehoboam hurriedly got in his chariot and escaped to Jerusalem. 19 Ever since that time the people of the northern kingdom of Israel have been in rebellion against the dynasty of David.
20 When the people of Israel heard that Jeroboam had returned from Egypt, they invited him to a meeting of the people and made him king of Israel. Only the tribe of Judah remained loyal to David's descendants.
Shemaiah's Prophecy
(2 Chronicles 11.1-4)21 When Rehoboam arrived in Jerusalem, he called together 180,000 of the best soldiers from the tribes of Judah and Benjamin. He intended to go to war and restore his control over the northern tribes of Israel. 22 But God told the prophet Shemaiah 23 to give this message to Rehoboam and to all the people of the tribes of Judah and Benjamin: 24 “Do not attack your own relatives, the people of Israel. Go home, all of you. What has happened is my will.” They all obeyed the Lord's command and went back home.
Jeroboam Turns Away from God
25 King Jeroboam of Israel fortified the town of Shechem in the hill country of Ephraim and lived there for a while. Then he left and fortified the town of Penuel. 26-27 He said to himself, “As things are now, if my people go to Jerusalem and offer sacrifices to the Lord in the Temple there, they will transfer their allegiance to King Rehoboam of Judah and will kill me.”
28 After thinking it over, he made two bull-calves of gold and said to his people, “You have been going long enough to Jerusalem to worship. People of Israel, here are your gods who brought you out of Egypt!” 29 He placed one of the gold bull-calves in Bethel and the other in Dan. 30 And so the people sinned, going to worship in Bethel and in Dan. 31 Jeroboam also built places of worship on hilltops, and he chose priests from families who were not of the tribe of Levi.
Worship at Bethel Is Condemned
32 Jeroboam also instituted a religious festival on the fifteenth day of the eighth month, like the festival in Judah. On the altar in Bethel he offered sacrifices to the gold bull-calves he had made, and he placed there in Bethel the priests serving at the places of worship he had built. 33 And on the fifteenth day of the eighth month, the day that he himself had set, he went to Bethel and offered a sacrifice on the altar in celebration of the festival he had instituted for the people of Israel.